viernes, 20 de febrero de 2009

En España es cada vez más difícil conseguir crédito

El plan de apoyo que el Gobierno español ha llevado a cabo con su sector financiero no se ha trasladado a las familias, que aún encuentran a las entidades reticentes a realizar créditos a particulares. La cantidad de préstamos al consumo decrece, mientras los tipos bajan.

Los bancos y cajas españoles se defienden de las críticas y reiteran que siguen y seguirán prestando dinero a los proyectos empresariales, aunque, eso sí, sólo a los que sean "solventes". Es más, atribuyen el recorte en la concesión de créditos a una contracción de la demanda y no a que el sector haya "cerrado el grifo". Además, la banca española no se considera incluida en los llamamientos realizados por el Banco Central Europeo (BCE) a las entidades financieras para que presten más dinero, y sostiene que dicha solicitud no afecta al sistema financiero español, sino al de países en los que la banca no es "solvente".

¿Por qué los bancos y cajas de ahorros no conceden créditos a pesar de los sofisticados sistemas de avales impulsados por el Gobierno? Zapatero apremió en la cita de La Moncloa a los banqueros a que restituyan el crédito a las empresas y a las familias, pero bancos y cajas tienen sus razones para escatimar el crédito, aunque la mayoría de los ciudadanos no las entiendan.
Miedo a quebrar

El secretario general de la Asociación Española de Banca, Pedro Pablo Villasante, aseguró que la banca sigue haciendo su trabajo -prestar dinero y canalizar el ahorro- y apuntó que en cualquier proceso de análisis a la hora de conceder créditos hay que tener en cuenta las circunstancias del momento. En este sentido, explicó que en la actualidad los proyectos que se presentan incluyen unas perspectivas de retorno menores o mayor fragilidad en sus planteamientos. Las entidades "miran con lupa" los créditos que conceden, porque tienen miedo a que no se les devuelva el importe, resumen los expertos.

A grandes rasgos, si bancos y cajas no prestan dinero, en los últimos meses el volumen de crédito nuevo está cayendo en picado, con ratios cercanos al 60%, es porque tienen miedo a quebrar. Hasta el año 2000, según El País , las entidades cubrían casi la totalidad de sus créditos con los pasivos que recibían de los depositantes. Pero en los últimos siete años la cobertura del crédito con depósitos se ha reducido hasta el 80%; el 20% restante debe financiarse con otro tipo de recursos, como emisiones de bonos.

Pero la crisis financiera produce dos efectos negativos para el crédito: impide que el mercado acepte nuevas emisiones y urge el pago al vencimiento de las obligaciones contraídas con anterioridad.

El laberinto financiero se complica con la obligación bancaria de cumplir coeficientes de solvencia, esas especificaciones que relacionan puntillosamente los pasivos con los recursos propios.

Todo lo expuesto, más la evidencia de que el mercado interbancario está cerrado por la desconfianza entre instituciones, explica por qué los bancos depositan o redepositan en el BCE el dinero que acumulan en lugar de convertirlo en crédito. Temen que en un plazo breve necesitarán ese dinero para tapar los boquetes abiertos en sus balances por la depreciación de activos, los vencimientos urgentes y la desaparición del mercado interbancario.

Además, todos los organismos internacionales pronostican una contracción del crédito a escala global, que en España supondrá alinear el crecimiento de los préstamos al de la evolución del PIB, frente a los aumentos a doble dígito que se registraban con anterioridad.

El director general de la CECA, José Antonio Olavarrieta, no obstante, ve impensable que ninguna entidad que tenga liquidez y proyectos solventes "no vaya a prestar dinero", y subrayó que en 2008 las cajas prestaron 56.000 millones de euros y renovaron créditos a empresas por valor de 80.000 millones, cifras que sumadas suponen el 6,8% más que en 2007. "Hay una lógica contracción de la demanda, pero estamos interesadísimos en seguir prestando porque es a lo que nos dedicamos", afirma Olavarrieta, quien apunta que en años anteriores se criticaba a las entidades por conceder demasiados préstamos.

Pero los últimos datos no parecen respaldar la afirmación de que los bancos siguen teniendo el grifo abierto. Los bancos concedieron 2.833 millones de euros en créditos al consumo a los hogares en noviembre, lo que supone una caída del 42,17% respecto al importe que alcanzaron estos préstamos en el mismo mes del año anterior, cuando crecían a un ritmo del 4,94% según datos del Banco de España. Si se compara este dato con los préstamos para consumo concedidos por las entidades financieras en octubre la caída es del 13,7%, con lo que en noviembre se otorgaron 450 millones de euros menos para estas operaciones.

Pero los bancos no sueltan el dinero a los particulares a menos del 7%-8% si son préstamos para consumo o del 4%-5% si se trata de créditos hipotecarios.

El órgano supervisor ha constatado esta tendencia y en su último boletín confirma que bancos y cajas han endurecido el acceso al crédito a familias y empresas con exigencias de mayores garantías o de plazo.

En defensa de la banca hay que destacar que la morosidad se ha disparado. La deuda por los créditos concedidos por los bancos, cajas y cooperativas que operan en España a empresas y particulares alcanzó en noviembre el 3,18% del total de créditos, una tasa que no se veía desde octubre de 1997. La cifra supone casi cuadruplicar la ratio de noviembre de 2007, aunque los créditos han subido en ese periodo un escaso 7%.

Es tal la inquietud que existe entre las entidades, principalmente en los bancos, de que no se le paguen los préstamos que cada vez son más rigurosas e incluso intentan retirar de circulación las tarjetas de crédito de los clientes menos solventes en cuanto surge la oportunidad.

Con el fin de hacer frente a ese temor a la morosidad, el Gobierno puso en marchas medidas como el Fondo de Adquisición de Activos Financieros (FAAF) y los avales del Tesoro, pero la banca considera que "llevará su tiempo" que estas iniciativas repercutan en la reactivación del crédito debido a su novedad y gran complejidad técnica.

Asimismo, han surgido algunas trabas burocráticas que han impedido a las entidades utilizar el respaldo del Tesoro en sus emisiones hasta el momento. Por ejemplo, el organismo que capitanea Soledad Núñez no remitió hasta el 19 de enero, a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) el folleto que le exigió el supervisor como garante de las emisiones de las entidades que acudieron a las subastas, por lo que las entidades no han podido utilizarlos hasta la fecha.

Esto ha llevado a algunas entidades, como La Caixa o BBVA, a salir al mercado sin recurrir al aval del Tesoro. "Mientras las entidades europeas resuelven la situación y comienzan a realizar emisiones, en España estamos parados", señalan fuentes del mercado.

Además, recordaron que las ayudas a la banca europea han sido "gratuitas y rápidas", mientras que en España no se han activado todavía y "cuestan dinero". En este sentido, desde el mercado se opina que las emisiones de las entidades españolas llegarán tarde, con un mercado que podría estar saturado, entre otros, por el propio Estado, que ha incrementado sus emisiones y en el fondo es un competidor.

Por otro lado, de los 150.000 millones que anunció a bombo y platillo el Ejecutivo (50.000 millones del FAAF y 100.000 millones en avales), han llegado a las entidades poco más de 13.300 millones de euros (2.115 millones en la primera subasta, 7.224 millones en la segunda, y 4.000 millones en la tercera), menos del 9% de lo prometido. Respecto a la moratoria de dos años a los parados en el pago de la mitad de su cuota hipotecaria, la "complejidad técnica" de la medida ha retrasado su puesta en marcha.

Pese a todos estos problemas, el Gobierno ha descartado cambios en su plan para reactivar el crédito y confía en ser oído por la banca.

Fuente: Navactiva

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