lunes, 23 de febrero de 2009

Claves para transformar una idea en un negocio viable

La energía emprendedora produce cambios. Gracias a la pasión de los emprendedores, los sueños de lo imposible se vuelven realidad, generando trabajo, innovación y riqueza.

Dinero y esfuerzo se pierden en el camino, pero algunas ideas locas prosperan... y el mundo da un salto hacia adelante. Los emprendedores son personas que captan una oportunidad para poder influir, transformar y generar cambio, asumiendo riesgos y beneficios.
Todo el mundo tiene ideas, la mayoría buenas y posibles. Sin embargo, una buena idea no vale por sí misma. La clave está en los pasos que se adopten para transformar una idea en un negocio viable, que crezca y se consolide. El desafío requiere manejar un conjunto de tareas muy diferentes entre sí, pero claves para aumentar las probabilidades del éxito. Éstas incluyen: identificar una oportunidad de negocio, validarla, bajarla a un plan que obligue a pensar el negocio a priori e identifique sus riesgos y cómo mitigarlos, formar un equipo de personas que crean en la idea y la acompañen, conseguir capital. El llevar a cabo el start-up, o inicio de una empresa, necesita de un gran esfuerzo del emprendedor. Por esta razón, la vocación de emprender es un requisito fundamental, tanto como ser consciente de las propias capacidades y debilidades para afrontar el desafío. Un emprendedor debe tener los pies sobre la tierra, y cuotas iguales de optimismo y realismo; y ser consciente de que la posibilidad de que la idea no funcione existe, y estar preparado en el caso de que esto suceda. El verdadero emprendedor es el que no vive esta posibilidad como fracaso, si no como un camino de continuo aprendizaje.

Una clave par empezar es el equipo emprendedor. Hoy, el viejo paradigma del emprendedor individual exitoso se volvió obsoleto. Los emprendedores jóvenes han identificado que es más fácil y más divertido empezar una empresa con un “equipo de fundadores”. La clave para formarlo es acordar entre los socios un conjunto de principios, valores, motivaciones y objetivos de largo plazo; y mejor aún poder bajarlos a un documento corto y conciso que servirá de ancla a medida que la compañía comienza y se desarrolla. Es ideal que el equipo inicial tenga capacidades complementarias: un vendedor, un operador, un financiero. La amistad ayuda, pero no necesariamente es una condición sine qua non para sumar a un socio. Es esencial además, generar en el equipo desde el inicio una dinámica de interacción participativa.

El acceso al capital es otro elemento clave para el éxito de un emprendimiento. Existen varios mitos en relación al capital y sus fuentes. Una es que en otros países del mundo existe financiamiento bancario para start-ups. La principal fuente de capital en la etapa inicial son los ahorros del emprendedor, los de sus amigos y familiares; y esto es una realidad en la gran mayoría de los casos en el mundo. Este capital se puede complementar en con aportes de organismos estatales, y/o con el de los llamados ángeles inversores. En el primer caso, hay ejemplos en el país como el del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que lanzó un programa innovador (que esperamos sea replicado por otros organismos del país), llamado Buenos Aires Emprende, que selecciona proyectos y empresas nacientes para complementar con aportes de capital semilla los aportes privados. En el caso de ángeles inversores, son personas que están dispuestas a invertir dinero, tiempo y contactos en empresas en estadíos iniciales a cambio de parte de la propiedad de la compañía. Existen en Argentina algunas redes de inversores ángeles: el Club de Inversores ángeles del IAE es uno de ellos. La etapa de crecimiento tiene necesidades de financiamiento creciente que son atendidas por los Fondos de Capital Emprendedor: Aconcagua Ventures, Cap Venture Capital y Mark Fund son algunos ejemplos que existen en el país.

Un capitulo aparte merecen los incipientes esfuerzos del Estado por impulsar este tema. Además del programa del GCBA mencionado, cada vez más organismos públicos municipales, provinciales y nacionales están identificando el valor de impulsar la creación de nuevas empresas como palanca de desarrollo. Las acciones realizadas por la Agencia Nacional de Inversiones (Prosperar), el Gobierno del Chaco, el de la Municipalidad de Rosario y de Comodoro Rivadavia son ejemplos de iniciativas en este sentido.

Finalmente, el tema del acceso a redes de contacto es otro tema clave. Actualmente, en nuestro país existe un número creciente de instituciones públicas, privadas y del tercer sector (el “ecosistema emprendedor”) que atienden las principales necesidades de los emprendedores a lo largo de las distintas etapas del proceso. Algunas colaboran con emprendimientos de cualquier tipo, otras se orientan a perfiles más específicos en relación con el grado de desarrollo, la industria a la que pertenece, su localización, etc. La gama de servicios que brindan también es amplia: acceso a redes, a subsidios, servicios profesionales, capacitación, consultoría y asesoramiento técnico, transferencia de tecnología, concursos de planes de negocios e incluso espacio físico para la incubación de nuevas empresas. La Fundación Endeavor fue la pionera en la creación de esta red. Se puede acceder a un mapa de este ecosistema en www.enendeavor.org.ar

Estamos seguros de que para los jóvenes argentinos que quieren emprender hoy, existe un mejor contexto que el de hace unos años. Sólo hacen falta las ganas y empezar.

Por Alejandro Mashad
Director Ejecutivo de Endeavor Argentina
Fuente: Prensa Endeavor Rosario

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