miércoles, 28 de enero de 2009

Los adolescentes y las vacaciones: cómo evitar los excesos

Por el Dr. Guido Bergman y Patricia Haidbauer *


En la ciudad o en la playa, no importa el punto geográfico elegido para las vacaciones, en todo verano adolescente sobra el tiempo libre, falta la supervisión de los padres, se multiplican las reuniones con amigos y aumentan el riesgo al que se exponen. Sobre todo, si hablamos del alcohol, la droga de uso más frecuente entre adolescentes y adultos jóvenes.


Sabemos, ya sea por la información que recibimos o por experiencia propia, que los efectos del alcohol generan un cambio en el organismo que se manifiesta como un deterioro físico progresivo y alteraciones de la conducta que conllevan un riesgo mayor. En las estadísticas generales observamos que el 45% de los accidentes de tránsito están provocados por el consumo de alcohol y que 1 de cada 3 o 4 muertos en accidentes tienen menos de 25 años.


Las vacaciones son épocas de relax y de diversión, pero al mismo tiempo de excesos, y es por eso que se presentan situaciones de riesgo, en ámbitos diferentes y, claro, con menos control. Podríamos esperar o pretender que nuestros jóvenes, sobre todo los menores de 18 años, estuvieran protegidos del consumo de alcohol, al tener un acceso restringido al mismo. Sin embargo las estadísticas muestran lo contrario: en un relevamiento realizado en el 2008 sobre 2.000 estudiantes de entre 12 y 18 años, el 89% los adolescentes refiere que el acceso a las bebidas alcohólicas es muy fácil o fácil.


Por otro lado, en la actualidad, podemos observar que la publicidad de las bebidas alcohólicas está claramente asociada a la diversión, creando un vinculo automático e inconsciente entre el tomar alcohol, la risa y la diversión. Intento, pero no recuerdo actualmente una publicidad de cerveza en que las personas no se estén riendo.


Entonces, ¿qué hacemos?

Lo primero es modificar lo que está a nuestro alcance. Uno podría utópicamente pretender que los adultos responsables de boliches y kioscos, por ejemplo, no le vendieran alcohol a menores, pero esto no ocurre. Eso, justamente, no está a nuestro alcance poder modificarlo fácilmente.


También, uno, como padre o madre, podría intentar una supervisión desmedida, y acompañar a su hijo a todos lados, creyendo que así evitaría que se exponga a situaciones de riesgo o que consuma alcohol. Esto es prácticamente imposible. Los adolescentes salen solos, se van de vacaciones con amigos y están a kilómetros de distancia. Tampoco está a nuestro alcance.


¿Qué podemos hacer entonces? Básicamente ofrecer herramientas para que los adolescentes enfrenten un mundo lleno de diferentes estímulos con la responsabilidad que pretendemos. Para ello, debemos establecer un buen vínculo de base con ellos. Eso los va a proteger. Expresarles nuestras expectativas en relación a su conducta también ayuda. Generar espacios de comunicación es fundamental para que nos escuchen y los escuchemos.


En el relevamiento del 2008 sobre 2000 casos, encontramos que lo que más piden los adolescentes de sus padres es “tener más libertad” y que “respeten sus opiniones”, y en segundo lugar “pasar más tiempo juntos”, “compartir más tiempo” y “que no discutan entre ellos”.


Es claro. En nuestro análisis, observamos que los adolescentes que piden más respeto por sus opiniones, suelen emborracharse más que los que se sienten respetados por sus padres. Además, trabajando en terreno observamos que muchas veces el concepto de libertad está mal entendido. Es importante que los chicos entiendan que “que me dejen hacer lo que quiero”, no es la definición

que buscamos de libertad. Pretendemos asociar la palabra Libertad a la de Responsabilidad. Es decir, tener opciones para elegir con conciencia.


Claramente, vemos que la comunicación, el dialogo, marcar las expectativas sobre su conducta y, sobre todo, escuchar y ser escuchados, se convierte en la principal herramienta que los va a proteger. No podemos estar presentes en cada momento de su vida. Debemos confiar en sus habilidades para enfrentar lo que la realidad les ofrece con responsabilidad y conciencia para optar por la mejor opción, y eso depende de nosotros como padres y eso sí está a nuestro alcance.


* Directores de Programar Proyectos Educativos

http://www.programareduca.com.ar

No hay comentarios: