lunes, 13 de abril de 2009

La necesidad de la calidad

Las PyMEs no tienen identificados y escritos sus procesos productivos y difícilmente tengan una buena gestión de calidad. Los pasos para hacerlo y para optimizar productos

En la antigüedad los individuos tenían necesidades que debían ser satisfechas y los artesanos tenían el conocimiento práctico para crear artículos que gracias a su uso llegaban a cumplir con las expectativas de los compradores. Así fabricaron sillas para sentarse, vasijas para contener el agua y copas para beber el vino. Es decir, se estableció una estrecha relación entre sus necesidades y el uso que se hacía de esos artículos. En esos años, la gente rica y los campesinos tenían las mismas necesidades básicas aunque los artículos para satisfacerlas eran diferentes. Los nobles beberían en copas de plata o de cristal, mientras que los primeros lo habrán hecho en jarros o vasos de arcilla o de cerámica.

Es claro entonces que debe existir una aptitud de uso entre el objeto a fabricar y la necesidad a satisfacer. Si esto no se cumpliera, el producto en si mismo no serviría y sería devuelto. Entonces, debe haber algo más que esta aptitud, algo que se relacione con lo deseado. La especificación, por lo tanto, debe definir cómo será el producto que se necesita, comprendiendo aspectos que no sólo hacen a lo técnico sino también a la estética del producto. Es así como se debe pensar que la calidad de un producto debe cumplimentar, al menos tres características: la aptitud de uso, la estandarización y la satisfacción del consumidor.

El surgimiento de los poblados y las ciudades generaron en sus habitantes nuevas necesidades y deseos que debían ser satisfechos por los artesanos, pero este exceso de demanda ocasionó cambios en los sistemas productivos y aparecieron los fabricantes. En ese contexto la necesidad de estandarizar surge como una respuesta natural del fabricante para agilizar su proceso productivo. Con los artesanos cada producto era único pero no ocurría lo mismo con los fabricantes por lo que era necesario implementar un mecanismo que permitiera garantizar que los productos que salieran de la fábrica cumplieran al menos una especificación. Surge así la inspección del producto terminado. Aunque esto supuso un avance en términos de calidad, sólo se estaba haciendo foco en el final del proceso productivo. ¿Por qué esperar al final del proceso para detectar las fallas en los artículos? ¿Por qué no implementar un sistema de controles en la línea de producción que permitiera descubrir los problemas de calidad? Surgen así las inspecciones intermedias que mejoran no solamente la calidad del producto final sino que, además ayudan a disminuir los desechos de los productos finales.
Calidad como objetivo. En este rápido repaso de cómo fue evolucionando la idea de calidad resulta difícil pensar que hoy en día exista una empresa fabricando productos sin un área que gestione la calidad de los procesos. Sin embargo en el universo de las PyMEs es posible encontrar diferentes subconjuntos de ellas transitando por las diversas etapas de esta evolución del concepto. Habrá algunas que fabrican sus productos sin el más mínimo control; otras realizarán un vago control de proceso; mientras que otras probablemente tengan un sector que se dedique a la gestión de la calidad. Lo que queda claro es que cada día los mercados serán más competitivos en precio y en calidad y las empresas que se inicien o, aquellas que quieran sobrevivir, tendrán que gestionarla desde el inicio de sus actividades primarias. Dicho de otra manera, deberán ejecutarla, medirla y controlarla.

Para ello, se debe pensar a la gestión de calidad como un objetivo a alcanzar y esto es posible en la medida que la alta dirección comprenda que compromiso y capacitación van de la mano: Compromiso para asumir el costo que implica implementar la gestión de la calidad y capacitación en toda la organización para llevar adelante cada programa, procedimiento o instructivo.
Una vez que la gestión de calidad se definió como un estado futuro, se deben establecer cuáles serán las diferentes etapas intermedias requeridas y en cada una de ellas identificar sobre qué procesos o máquinas productivas se va a aplicar. Entonces será necesario plantearse cinco estados de transición:

• Inspeccionar el producto terminado: Existen pymes que no ejercen el más mínimo control de sus productos. En este estado se hace foco en el cambio de hábito de las personas en el final del proceso productivo, para que el personal involucrado vaya familiarizándose con la idea de control. Se debe habituar a inspeccionar cada partida a despachar.
• Inspeccionar los productos semielaborados: El estado anterior sólo garantiza que los productos que se embarquen hacia los clientes cumplan con las especificaciones. Pero el desecho y el material a reprocesar puede llegar a ser alto. Es necesario controlar en cada proceso productivo los semielaborados. Esto permite hacer una anticipación del problema.
• Controlar los procesos de fabricación: Los productos que salen de la línea pueden presentar pequeñas variaciones en las especificaciones originales como consecuencia de la tecnología utilizada o la experiencia de la mano de obra. En este estado sería conveniente detectar cuáles son esas variaciones para escribir las especificaciones de procesos con los máximos y los mínimos posibles esperados. Aquí se genera información de proceso importantísima para la empresa.
• Controlar todo el proceso productivo: La mala calidad no solo se genera dentro de la empresa, también los proveedores pueden ser parte de esta cadena de problemas. En este estado, además de los controles anteriores se debe verificar que los insumos comprados cumplan con nuestras especificaciones. Si no se cuenta con ellas se deben escribir.
• Asegurar la calidad o hacer gestión de calidad y medio ambiente: Abarca a toda la empresa, no solo a los sectores productivos. Una mala información del sector de venta puede generar un producto de pésima calidad. Incluso la empresa en este estado debe garantizar que los productos despachados cuenten con sistemas de trazabilidad ante riesgos eventuales. Administración, ventas, compras, RRHH y legales deben a actuar en términos de la búsqueda constante de la calidad del producto o del servicio.

Fuente: Fortuna

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